Aprender a ignorar
Por suerte la edad me va enseñando a detectar a las personas toxicas (como yo les llamo) cada vez con más rapidez. No se por qué, ahora veo venir enseguida a los capullos. Esa gente, cuanto más lejos mejor.
Por contra, valoro mucho más estar cerca de las personas que valen la pena.
Este artículo lo he visto vía Leyre (Puto Surf): culturainquieta.com
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